Un nuevo informe de Human Rights Watch (HRW) revela un patrón sistemático de abusos en las cárceles cubanas contra los presos políticos, jusgados tras las masivas manifestaciones del 11 de julio de 2021.
Según la organización, que recoge testimonios de prisioneros, los abusos incluyen principalmente golpizas, aislamiento prolongado, alimentación deficiente y negación a la atención médica.
Las protestas del 11J, consideradas las más masivas en décadas, llevaron a la detención de más de mil personas. Según datos de la organización Prisoners Defenders, citadas por HRW, 420 personas continúan detenidas y 751 siguen cumpliendo algún tipo de condena.
Muchos de los que han sido liberados o excarcelados, viven ahora bajo vigilancia y restricciones arbitrarias.
“Aunque fui excarcelada, sigo estando presa. Es como estar presa en la calle”, relató una de las personas entrevistadas. La mayoría de los excarcelados afirma que debe solicitar permiso para salir de su municipio, evitar críticas públicas al régimen e incluso cumplir trabajos asignados por el Estado.
Entre marzo y mayo de 2025, HRW entrevistó a 17 personas detenidas en ocho cárceles de Cuba. Los testimonios revelan golpizas frecuentes, especialmente contra quienes se quejaban de las condiciones carcelarias o coreaban consignas como “Patria y Vida”. En algunos casos, los guardias obligaban a los presos a adoptar posturas como “la bicicleta”, una forma de castigo físico descrita por múltiples entrevistados.
José Daniel Ferrer, líder opositor y uno de los detenidos más reconocidos, describió cómo fue golpeado por negarse a ser trasladado al hospital de la prisión. “Me propinó una patada y me fracturó el tabique nasal, estaba sangrando de la nariz”, declaró.
El informe también documenta brotes de dengue, tuberculosis, Covid-19 y sarna dentro de los centros penitenciarios, así como casos de desnutrición y enfermedades gastrointestinales relacionadas con el agua contaminada. “No hay asistencia médica porque no hay medicinas”, afirmó un exrecluso de la prisión de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
Desde la excarcelación en enero de casi 200 presos políticos varios han sido detenidos nuevamente, entre ellos José Daniel Ferrer, Félix Navarro y Donaida Pérez Paseiro. Las causas alegadas incluyen ausencias a citaciones judiciales y publicaciones en redes sociales, lo que, según HRW, evidencia un patrón de represión continua.
A cuatro años del 11J, las condiciones económicas y sociales que impulsaron a miles de cubanos a las calles no han mejorado.
HRW llamó a los gobiernos de América Latina, Canadá y la Unión Europea a condenar las detenciones arbitrarias y a fortalecer el apoyo a la sociedad civil cubana, incluyendo a periodistas independientes y organizaciones de derechos humanos que operan en condiciones extremadamente hostiles.
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